Comunidad

El efecto dominó del aprendizaje continuo

John Timken, Presidente del Consejo, explica el efecto dominó que se produce cuando quienes estudian continuamente mejoran la vida de otras personas y cambian el mundo.

Un alumno de la escuela secundaria desarma su bicicleta para comprender cómo funciona. Un alumno de posgrado hace un semestre de intercambio para obtener nuevas perspectivas. Un equipo de ingenieros experimentados realiza una investigación que beneficia a todo un campo de la ciencia.

Si bien los separan generaciones, todos tienen algo en común: la curiosidad y la motivación para aprender cosas nuevas que mejoren sus conocimientos y el mundo que los rodea.

Más de 120 años atrás, Henry Timken, mi tatarabuelo apasionado por la mecánica, patentó y continuó mejorando el diseño de un rodamiento de rodillos cónicos que ayudó a que las carretas de carga pesada tomaran mejor las curvas. Así fue cómo nació The Timken Company. Su solución inaugural mejoró tanto el rendimiento, que los clientes podían transportar bienes con menos recursos, ahorrar dinero y promocionar la sustentabilidad.

Hoy, los ingenieros de Timken siguen estudiando las máquinas de todas las industrias e incorporando estos conocimientos en el diseño de soluciones que hagan más eficientes los equipos. Ayudaron a la NASA a explorar el espacio. Habilitaron a fabricantes a mejorar el rendimiento de aviones, camiones y trenes que impulsan el comercio global. Ahora, están impulsando nuevas innovaciones en energía alternativa y robótica. Timken está a la vanguardia entre muchas otras industrias y esto se debe a que sus empleados no pierden la curiosidad.

Este mes, tendré el placer de ser el anfitrión de la ceremonia para becarios globales de Timken 2020. Veinte hijos/as brillantes de empleados de Timken que demuestran esta pasión por el aprendizaje continuo serán premiados/as con USD 540 000 en becas. Representan a ciudades y pueblos de Norteamérica, Europa y Asia y tienen sus propias ideas para impulsar el mundo hacia el futuro.

Como parte del compromiso con la educación y las comunidades, la empresa estableció este programa en 1958, cuando entregó las primeras becas a cinco estudiantes del estado de origen de la empresa, Ohio. Al igual que Timken, el programa de becas cada vez es más grande, más diverso y más internacional. Luego de la premiación de este año, el programa habrá entregado una suma de USD 25 millones.

Es dinero bien gastado. Refuerza la cultura de Timken en la que se ve a los empleados como familia y promueve la realidad de que al educar a una nueva generación se contribuye a la mejora general de nuestras comunidades. Lo que aprendan estos estudiantes en los próximos años los ayudará a convertirse en diplomáticos, médicos, ingenieros, enfermeros, científicos y otros profesionales que tendrán una influencia positiva en los demás.

La ganadora de la beca principal del año pasado, Ioana Babarus, está estudiando en la Universidad de Versalles en París y sueña con trabajar en el ámbito de la investigación farmacéutica en el futuro. Ioana, oriunda de Rumania, planea crear una organización que permita a los estudiantes de farmacia viajar a otros países y distribuir medicamentos a las comunidades más necesitadas.

Conor Eckhardt, becario global de Timken de 2010, trabaja como ingeniero mecánico en una empresa de Ohio que diseña y construye hospitales, escuelas y espacios comerciales. Hace poco consultó sobre el diseño de sistemas de climatización, plomería y protección contra incendios para un nuevo centro de salud para niños. Conor también enseña a jóvenes a través de una organización global que ayuda a los niños a forjar el carácter y habilidades para la vida por medio del golf.

Ioana y Conor nos han demostrado que el aprendizaje continuo tiene un efecto dominó que va más allá de la persona o la profesión. Crea personas informadas, responsables y empáticas que innovan para el futuro y contribuyen a sus comunidades. Y esa es una combinación que nos hace avanzar a todos.